¡Vaya día para nacer! En pleno invierno y por poco no alcanzo año. Pero ni a Ángel Alceda ni a MariSa Pérez Camacho les preocupó ese mínimo detalle. Lo verdaderamente importante era que su tercera hija -pero segunda con vida- llegaba felizmente a este mundo, y a quien le harían llamar Flora del Rosario, en honor a su abuela paterna. Pero con el respeto que me merece la madre de mi padre, -quien orgullosamente portó dicho nombre por 84 años- y toda mi familia materna -que quiero entrañablemente-; me haré llamar simplemente Flora Alceda. Digamos que así proyecta mi personalidad mucho mejor y todo lo que hoy soy. -escrito en Preparatoria, 1993 (con mínimas adecuaciones para este blog)