Hoy traje a mi hermana a su nueva casa, el nuevo Convento. Y es así que viene a mi mente el recuerdo de cada vez que juntas hemos llegado a su nueva morada. Desde la primera mudanza que empacamos nuestros juguetes para salir de la casa que nos había visto crecer en Lomas Verdes, o aquella cuando llegamos a Cuajimalpa hace más de 20 años cuando nadie, y sólo el frío, pasaba por ahí. Soy yo quien, como hace unos ayeres, la traje aquel 4 de junio de 1993; quizá la más trascendental, y como ella dijo hoy: "con la diferencia que entonces sólo llevaba -ella- una bolsita -consigo-", mirando la cantidad de cosas que hoy llevamos. A lo que yo completé diciendo: "y con la diferencia que aquel día te traje y llegamos en pesero al Convento y hoy te traje en mi coche" -¡Bendito Dios!-. Todo lo que ha pasado desde aquellos tiempos... Y se me asoman las lágrimas de la emoción de ser yo quien la trajo y la acompaña hoy -nuevamente- como siempre.