Yo también recuerdo hace 10 años ya trabajando en filial de empresa Americana. Todo un reto saber si teníamos colegas en los vuelos o en el WTC NY. Esa simple posibilidad me conmovió por todos. Era el 'punto sin retorno', consecuencia inequívoca de nuestra condición humana. Hoy, como en tantas otras situaciones, confirmo: Sufren más los que se quedan, los que nos quedamos. Y entonces pienso... Dios nos ampare a todos!!