Nuevamente Chile ha sido testigo de un milagro. Debe tener algún tipo de bendición geográfica que ha hecho que suceda otra vez, como hace algunos años, lo fueran los sobrevivientes de Los Andes. Hoy todos los ojos están puestos otra vez en Chile. Fue el 5 de agosto de este año que 33 mineros quedaron atrapados a casi 700 metros de profundidad en la mina San José en Copiapó, al norte de Chile, y que hoy están siendo rescatados uno a uno. Y es que los milagros no son sólo de Dios sino de líderes como el Presidente Sebastián Piñera y su Gobierno -en Chile- quienes retaron las circunstancias con decisión y no han escatimado en recursos como ya lo habían hecho unos meses atrás con el terremoto. Sirvan de ejemplo para el mundo, especialmente para mi México, en donde estamos ávidos de gente así. Qué emoción poder ser testigos de acontecimientos como éste. Yo estoy altamente conmovida que hasta se me eriza la piel por los mineros, por su gente, por su pueblo y no es que sean menos afortunad