Hace 30 años estaba contigo y me llevaste a tu lado para cuidarme y protegerme como siempre.
Fue un año por demás complicado, con otros tantos terremotos sacudiendo nuestras vidas pero aún con lo trágico de ese día, lo recuerdo con mucho cariño. No entendía nada, parecía sentirme mareada, o quizá adormilada y sólo alcancé a escuchar tu voz a lo lejos diciendo: "Rosa, ven aquí junto a mí". No lo dudé ni un segundo y caminé hacia ti. Algo andaba mal pero yo estaba bien, estaba contigo, quietas las dos y muy juntitas. Me rodeaste con tus brazos al mismo tiempo que me señalabas cómo se movían los coches, los cables. Temblaba todo como en nuestras pequeñas vidas. Y más me abracé a ti.
Nunca me imaginé lo que pasaba en otros lugares de la ciudad. No daba crédito a lo que contaban al llegar a la escuela, ni mucho menos que nos regresaran a casa por tanto desastre. Fue surrealista lo que se fue descubriendo en las noticias, lo que después nos contaban los más cercanos. Cuánta gente! Cuánto dolor! Todo se cimbró.
Pasaron tantas cosas después que quizá ya olvidé, pero como me cuidaste ese día es una de las mejores memorias que tengo de niña. Hoy a la distancia aún siento tu compañía, tu protección con cada una de tus oraciones, en cada una de tus palabras.
Gracias siempre!!
Fue un año por demás complicado, con otros tantos terremotos sacudiendo nuestras vidas pero aún con lo trágico de ese día, lo recuerdo con mucho cariño. No entendía nada, parecía sentirme mareada, o quizá adormilada y sólo alcancé a escuchar tu voz a lo lejos diciendo: "Rosa, ven aquí junto a mí". No lo dudé ni un segundo y caminé hacia ti. Algo andaba mal pero yo estaba bien, estaba contigo, quietas las dos y muy juntitas. Me rodeaste con tus brazos al mismo tiempo que me señalabas cómo se movían los coches, los cables. Temblaba todo como en nuestras pequeñas vidas. Y más me abracé a ti.
Nunca me imaginé lo que pasaba en otros lugares de la ciudad. No daba crédito a lo que contaban al llegar a la escuela, ni mucho menos que nos regresaran a casa por tanto desastre. Fue surrealista lo que se fue descubriendo en las noticias, lo que después nos contaban los más cercanos. Cuánta gente! Cuánto dolor! Todo se cimbró.
Pasaron tantas cosas después que quizá ya olvidé, pero como me cuidaste ese día es una de las mejores memorias que tengo de niña. Hoy a la distancia aún siento tu compañía, tu protección con cada una de tus oraciones, en cada una de tus palabras.
Gracias siempre!!
Te amo!!
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